Cómo saber si un vino está malo: señales para detectarlo fácilmente

Cómo saber si un vino está malo: señales para detectarlo fácilmente

oct 21, 2025 Noticias y curiosidades

A todos nos ha pasado. Sacas una botella de vino que guardabas para una ocasión especial, la abres con ilusión… y algo no huele del todo bien. ¿Está malo o solo es tu impresión? Para ayudarte a responder esa pregunta, en este artículo te contamos cómo saber si un vino está malo, tanto antes como después de abrirlo. ¡Vamos allá!

¿Por qué un vino puede estropearse?

El vino es una bebida viva que evoluciona con el tiempo. Sin embargo, si no se conserva apropiadamente, puede sufrir alteraciones químicas que arruinan su sabor y aroma. Aspectos como la luz, la temperatura y el oxígeno son sus principales enemigos. Una exposición prolongada a cualquiera de ellos puede acelerar su envejecimiento y provocar que se eche a perder antes de lo esperado.

Asimismo, los vinos con defectos de fabricación o embotellados con corchos defectuosos son más propensos a deteriorarse. El corcho seco, por ejemplo, deja pasar el aire al interior de la botella y oxida el vino, dándole un sabor avinagrado.

Cómo saber si un vino está malo antes de abrirlo

Revisa el corcho y la cápsula

Antes de abrir la botella, observa si el corcho presenta signos de humedad, moho o está sobresaliendo. Estos detalles pueden indicar que el vino ha sufrido cambios de temperatura o ha estado mal almacenado. La cápsula también puede darte pistas. Si tiene manchas de vino o signos de oxidación, es una señal clara de que algo no va bien dentro de la botella.

Observa el nivel del vino en la botella

El nivel del vino es otro indicador importante. Por lo general, una botella correctamente conservada mantiene el líquido justo por debajo del cuello. Entonces, si el nivel se encuentra más bajo, puede ser señal de evaporación o filtración, lo cual suele deberse a un mal sellado del corcho. En esos casos, es probable que el vino esté oxidado.

Comprueba la etiqueta y el año de cosecha

La etiqueta puede ofrecerte más información de la que crees. Unas manchas de humedad, un color amarillento o un papel despegado pueden indicar que la botella ha estado expuesta a condiciones poco favorables. El año de cosecha también es clave. Algunos vinos jóvenes pierden su frescura pasados pocos años, mientras que otros, principalmente los envejecidos en barrica, resisten mejor el paso del tiempo.

Cómo detectar si un vino está malo una vez abierto

Color alterado o turbio

Ahora, ¿cómo saber si el vino está malo una vez descorchado? Pues bien, el color del vino es una de las primeras señales a observar. Un vino tinto que debería ser brillante y profundo puede volverse marrón o apagado si está oxidado. En los blancos, un tono dorado demasiado oscuro o turbio también indica problemas.

Olor desagradable o avinagrado

El aroma es, sin duda, la prueba más reveladora. Un vino estropeado huele a vinagre, humedad o incluso a cartón mojado. Esto puede deberse a un defecto conocido como “corcho contaminado” o simplemente a una oxidación avanzada.

Sabor ácido, plano o sin estructura

El momento de la verdad llega con el primer sorbo. Si el vino te resulta agresivo, ácido o completamente insípido, es probable que esté pasado o dañado. La falta de equilibrio entre acidez, dulzor y cuerpo es una clara señal de deterioro.

Presencia de posos o gas no deseado

Encontrar sedimentos en el fondo no siempre es malo, sobre todo en vinos no filtrados o envejecidos. Pero, si además aparecen burbujas en un vino tranquilo (que no es espumoso), eso sí es una alerta. Esas burbujas indican una fermentación indeseada dentro de la botella, producto de un almacenamiento incorrecto o una contaminación bacteriana.

Diferencias entre un vino pasado y un vino en mal estado

No es lo mismo un vino pasado que uno en mal estado. El vino pasado simplemente ha perdido parte de su carácter. Su aroma y sabor son más suaves, y puede parecer apagado. Pero, no es peligroso ni desagradable. En cambio, un vino en mal estado ha sufrido una alteración química o biológica. Su olor, sabor y color son defectuosos y evidentes, y beberlo resulta una mala experiencia.

¿Se puede beber un vino que está malo?

Técnicamente, beber un vino en mal estado no suele ser peligroso para la salud, aunque sí muy desagradable. No contiene toxinas dañinas, pero su sabor avinagrado y su olor fuerte lo hacen imposible de disfrutar. Aun así, no se recomienda hacerlo. Si un vino se ha oxidado o ha fermentado de nuevo, su composición química cambia y puede irritar el estómago. Es mejor no arriesgarse.

Cómo conservar correctamente el vino para que no se estropee

Temperatura y humedad ideales

El vino necesita un entorno estable. Por tanto, lo suyo es mantenerlo entre 12 y 16 grados, lejos de fuentes de calor o cambios bruscos. En cuanto a la humedad, esta debe rondar el 70% para que el corcho no se seque.

Posición de las botellas

La forma de colocar el vino también influye. Las botellas deben mantenerse en posición horizontal para que el corcho esté siempre en contacto con el líquido. Así se mantiene húmedo y evita que entre aire. Si el vino tiene tapón de rosca, no hay tanto problema, pero aun así es mejor mantenerlo tumbado para evitar vibraciones.

Cuánto dura un vino abierto

Una vez abierto, el vino comienza a oxidarse. En términos generales, los tintos pueden durar unos 5 o incluso 7 días, mientras que los blancos y rosados aguantan entre 3 y 5 días. Si quieres conservarlo más tiempo, guarda la botella bien tapada en la nevera y usa un tapón al vacío para reducir la exposición al aire.

Errores comunes que hacen que el vino se estropee

Uno de los errores más comunes es exponer el vino a la luz directa del sol o a fuentes de calor, como el horno o los radiadores. El calor acelera la oxidación y altera sus compuestos aromáticos. La luz, por su parte, puede “quemar” el vino, sobre todo si es blanco o espumoso.

Otro fallo es guardar las botellas en posición vertical durante largos periodos. Cuando el vino no mantiene el corcho en contacto con el líquido, este se seca y se encoge, permitiendo que entre aire. Ese detalle basta para oxidar el vino lentamente y arruinar su perfil.

De igual manera, es habitual pensar que un vino abierto se conserva bien simplemente cerrando la botella con su propio corcho. No obstante, una vez descorchado, el oxígeno empieza a hacer de las suyas. Y si no se usa un tapón al vacío o no se guarda en frío, en pocos días el vino pierde su aroma y su estructura.

Aprende a cuidar tus vinos y disfrutar de cada botella

En definitiva, la respuesta a la pregunta ‘¿cómo saber si un vino está malo?’ está en los sentidos. Basta con observar su color, oler su aroma y saborear un pequeño sorbo para descubrir si sigue en buen estado o si ya ha pasado su mejor momento.

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